Ella llega como siempre el mismo día a la misma hora. Siempre es el mismo día de la semana, ese día reservado para ambos, establecido así hace mucho tiempo. Pone la pava, prepara el mate.
La tarde pasa tranquila, entre comentarios sin importancia o charlas profundas, las dos cosas se dan a menudo entre ellos.
Llega la noche, la cena siempre es de él, la mima con esas cosas, prepara algo rico, sencillo, pero rico.
Ella se baña, a veces antes de cenar otras antes de acostarse.
El momento de la cama es el mas esperado, por los dos, cuando se están preparando para ir a dormir, el clima es de nada en particular, como si nada fuese a pasar, pero cuando llegan a la cama, el juego de las caricias y miradas indiferentes comienza...y siempre, se aman
Ella goza cada instante, no quiere perder detalle, porque los perdió durante mucho tiempo, entonces ahora rescata cada caricia como única, cada beso como el primero y su cuerpo responde a eso.
Ella no dice nada, se mantiene en silencio, se recuesta en su pecho cuando todo termina, lo abraza y así espera descansar un minuto.
El momento ah llegado, él duerme, ella saca el filo,lo desliza lentamente pero sin pausa por su muñeca, se siente una tibieza llamativa, como que algo quemara de a poco su alma. Se acomoda junto a él, pasa su brazo herido por su pecho, descansa su cabeza sobre su espalda y así queda dormida...
El despierta bañado en sangre

No hay comentarios:
Publicar un comentario